1.12.20

FALCONER



Novela carcelaria de J. Cheever, autor estadounidense, que desconocía hasta ahora y que no ha dejado de recordarme a Milagro de la rosa de J. Genet  escrita unos 30 años antes. No estoy seguro de si se podría calificar de “realismo sucio”, aunque lo bordea. Tiene unas 200 páginas.


Falconer es el nombre de una supuesta prisión donde está recluido el protagonista, Ezequiel Ferragut, acusado de fratricidio y profesor drogadicto.


La obra de Cheever me parece más narrativa que la de Genet, esta última más lírica; aunque ambas reflejan bien los ambientes penitenciarios. Genet lo vivió en sus propias carnes, mientras Cheever solo sufrió reclusión durante unas semanas en un centro de rehabilitación para alcohólicos.


Naturalmente en la obra del Genet el tema de la homosexualidad salta a la vista. Los ambientes carcelarios, marineros, del ejército o cualquier otro grupo de hombres aislados, son propicios para el amor o la sexualidad entre varones. El autor francés hace de ello su bandera, sin prejuicios; mientras que el americano resulta más gazmoño en el tema. Y no lo digo por esta novela, en la que -por supuesto- se recogen episodios de este tipo, sino por su su biografía, los artículos escritos sobre él y las entrevista publicadas. Y es que la edición que he leído (DeBolsillo, 2018) cuenta con un epílogo muy sustancioso a cargo de Rodrigo Fresán que ayuda a conocer mejor a Cheever. La ambigüedad de este autor se pone de manifiesto en las entrevistas concedidas; es un “no, pero sí”; mientras el francés lo tenía muy claro y no se andaba por las ramas. 

Estas apreciaciones no restan valor o importancia a la obra de Cheever, bien narrada y fiel reflejo de la crudeza de la vida entre rejas. Y -por que no- sus momentos humanamente gratos. Es recomendable leerla.


Pero no deja de sorprenderme el que los críticos estadounidenses no mencionen la obra de Genet como antecedente, cosa que no debe sorprendernos porque ellos siguen considerando su país, y su joven literatura, como el ombligo del mundo. Pero bueno, esto es otro asunto…


En fin, creo que en el fondo es una novela vitalista a pesar de la situación de sus personajes, en la que también se encuentran momentos luminosos.


Dejo aquí algunas citas de la obra (entre paréntesis la página de la edición manejada): 


“Era un hombre primitivo enfrentado a un amor romántico” (p. 34)


“La obscenidad funcionaba en su leguaje como un tónico” (41)


“La soledad puede cambiar cualquier cosa sobre la tierra” (42)


“Pequeñín nunca había conocido el amor de un hombre; se sentía inseguro.” (95)


“Jody iba de jovenzuelo, tenía el aliento dulce y en la piel el olor de juventud y, al poseerlos, durante una hora Ferragut volvía a sentirse joven”. (102)


“En una mesa está este tipo joven. Es guapo, pero eso es porque es joven. Tendrá el mismo aspecto que el resto del mundo dentro de diez años.” (108)


“Así que el marica me engañó; me dio un somnífero y se largó con mi dinero”. (109)


“… la polla es el eslabón más crítico en nuestra cadena de supervivencia…” (114)


“Había aprendido del Manual del niño explorador” que la polla se le volvería larga […], y  que el jugo que se derramaba por el el agujero era la esencial del poder cerebral” (115)


“Que hermoso le parecía el alambre [de cobre]: un delgado y limpio vínculo dorado con el mundo de los vivos” (148)


“La prisa  y el optimismo impetuoso podían ser viles” (171)



P.S.: El episodio de la matanza de gatos carcelarios me ha recordado, un tanto al revés, al cuento del señor Bloompon, que tantas veces vi con mi hija cuando era niña.






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