21.5.21

CHARLA-COLOQUIO CON AMADOR FERNÁNDEZ-SAVATER ("HABITAR Y GOBERNAR")




El jueves 20 de mayo tuvo lugar el espero encuentro con Amador Fernández-Savater para hablar de su libro Habitar y gobernar. Fue gracias a la colaboración de tres colectivos cordobeses: Espacioplástico, Asociación Vecinal Galea Vetus del barrio de San Agustín y “Líneas de Fuga”, grupo este último que se dedica a tertulias filosóficas partiendo de algún libro. Precisamente la última tertulia -virtual debido a virus- estuvo centrada en la obra que comentamos. Un libro que en gran medida gira en torno al 15-M, en el que participó de lleno el autor.


El planteamiento de esta charla-coloquio me resultó muy acertada: el autor señaló dos ideas de partida y a partir de ahí prefirió que fuese el público asistente el que hiciese preguntas que él contestaría. Y así fue, muy gratamente.


El acto tuvo lugar en el patio del antiguo colegio Luciana Centeno a partir de las 19 horas y con una temperatura de 35º. Menos mal que nos resguardaba la sombre y el frescor de tres o cuatro frondoso arboles: entre ellos un alcornoque y un algarrobo, porque el patio es de cemente y ya sabemos como retiene e irradia el calor este material, tan poco apto para la calurosa Córdoba.


El aforo no se completó -aunque casi- tal vez debido a la hora y la bufonada de calor que sufríamos al salir de casa para acudir al evento, el cual se prolongó más de hora y media. Y digo más de este tiempo por hube de marchar antes de que terminase; con lo cual me perdí el interesante coloquio que tenía lugar.


Naturalmente intervine con una pregunta: ¿Qué era “el mal de Hegel”? Una expresión que aparece en el susodicho libro y que, a pesar de mis pesquisas por todos los medios, no logré descifrar. Él me lo aclaró gentilmente.


Se trataron temas relacionados con el Poder (al “gobernar” frente al “habitar”) entre otros:

  • La “guerra en espejo”: imitar al enemigo pero la inversa.
  • La fuerza de los débiles (15-M) y el romper los moldes que los gobernantes nos tratan de imponer, creando nuevas formas de participación.
  • Lo “instituyente” vs. lo “instituido”. 
  • Recordar y conmemorar.
  • Manejar nuestro tiempo.
  • La importancia del “proceso” frente a los “fines”.
  • Las personas somos “objetos”: consumidores, votantes alumnos o pacientes de los médicos…

Recurrió a menudo a las etimologías, que tanto me interesan:

  • Recordar (de “re”, volver y “cordum”, corazón) Es decir, volver al corazón, a lo que desapareció pero que revivimos al ejercitar la memoria.
  • Conmemorar (recordar en común).
  • “Práctica" (repetir lo que hacemos a diario) vs. “praxis” que incorpora la innovación.
  • Lo “instituyente” frente a lo “instituido”. Instituido quiere decir cristalizar o “convertido en estatua”, en nada abiertas a los cambios…

En fin, un buen cúmulo de ideas cuyo debate seguirá afortunadamente abierto. Un soplo de aire fresco en los tiempos que vivimos. Muy sugestivo.


Me consta que el evento fue grabado en vídeo. Me gustaría que fuese expuesto en internet y tuviesen acceso a él quienes tengan interés, y se forjasen su propia opinión.


Intervención de Amador Fernández-Savater.






15.5.21

NATURALEZA, CULTURA Y APOYO MUTUO


Viene esto a cuenta del ser humano y de su supervivencia a lo largo de cientos de miles de años. Nuestra naturaleza es animal; concretamente de mamíferos superiores que hemos conquistado el planeta; tal vez para mal, como ahora se va viendo por los estragos que estamos ocasionando. Nos hemos convertido en una especie de virus o plaga para nuestra Madre Tierra; nuestro hogar, nuestro medio de supervivencia.
Es sorprendente que el homo sapiens sapiens, especie a la que pertenecemos, haya superado las deficiencias con las que la naturaleza nos dotó: no tenemos fuertes garras para defendernos, ni alas para volar ni velocidad para huir o conseguir presas. Al nacer, tras una larga gestación, lo hacemos totalmente indefensos. De modo que nuestras madres deben cuidarnos durante meses o años. No somos como otros mamíferos cuyas crías salen trotando recién paridas (terneros, corderos, gacelas…) Sorprende que una especia tan débil, tan mal dotada por la Naturaleza, haya logrado sobrevivir tanto tiempo.
Hay teorías que afirman que se debe al aumento del tamaño de nuestra masa cerebral, o al de los pliegues de la misma. E incluso haber desarrollado en las manos un pulgar oponible que facilita las tareas manuales. Parece que esta liberación de dientes y mandíbulas ha permitido el aumento de la masa encefálica y su complejidad. De ello se ocupa la Antropología, pero también la Antropología Cultural.
Y es que no hay que confundir “cultura” con “Alta Cultura” (las artes, la música…) Toda cultura es obra humana, y en ella se engloban tanto idear y fabricar un hacha de piedra paleolítica (elaborar instrumentos para suplir nuestras escasas dotes naturales) como un lenguaje complejo, la escritura o el diseño de una jugada de fútbol…
De modo que el ser humano ha sobrevivido gracias a la cultura en sentido amplio, que lo ha dotado de modo que lo ha dotado de recursos no dados por la Naturaleza. Sin ello no hubiésemos sobrevivido como especie. Pero también -ligado a ello- el hecho de ser unos animales gregarios. Es cierto que otros lo son: búfalos, cebras, etc. La diferencia con ellos es que en el ser humano se ha desarrollado una solidaridad de grupo, de apoyo mutuo, frente a cualquier circunstancia. Y es que cuando vemos que una manada de leones se abalanza sobre un grupo de búfalos o ñúes, éstos no se revuelven contra el agresor, al que podrían hacerle frente y hacerlo huir, sino que prima el “sálvese quien pueda”.
En contra de percepción se podrá argüir que las abejas o las hormigas también son seres sociales y defienden a sus comunidades. Y es cierto, solo que no han pasado de ahí. No han “evolucionado” en ese sentido desde que existen.