16.10.25

REVISTA “LEER” - julio 1987 (más viajes)

 


Intentado organizar mi biblioteca me he encontrado con este ejemplar de revista que contiene un monográfico sobre viajes de extranjeros en España, lo cual  me ha venido de perlas en este momento en que estoy inmerso en la literatura de viajes (¡vivan las sorpresas gratas!).

Se trata de 34 libros de viajes, cuyos autores mencionaré a continuación seguidos del breve comentario o subtítulos tomados del índice de la revista, aunque saltándome los ya mencionados en la anterior entrada en mi blog  (De Amicis, Hemingway y Orwell):

 

MEDARDO FRAILE: “El último viaje”, reflexiones del autor español.

P. MERIMEE: creador del tópico universal de “Carmen” y gran conocedor de nuestro país. Francés.

ANTERO DE QUENTAL: ilusionado por la Federación de Portugal y España. Portugués.

PIERRE LOÜYS: Su Andalucía era roja y verde, con un viento cálido que le acercaba al fantasma de Carmen. Belga.

RILKE: el frío castellano le acercó a Andalucía que siempre presintió que su amada Toledo se acercaba a su ánimo.  Austríaco.

TROTSKI: de su peripecia española surgió una narración terrible del revolucionario ruso.

VALERY LARBAUD: su enamoramiento por nuestro país le sugirió su teoría de la energía propia de la raza española. Francés.

JOHN DOS PASSOS: El rasgueo de la guitarra, el cañeteo de los dedos, la faja roja de un gitano… todo le fascinaba. Estadounidense.

 

ROBERT GRAVES: Amó España, pero su exquisita neutralidad hizo que apenas escribiese sobre ella, excepto Mallorca. Británico.

GEORGES BATAILLE : Los toros, remedio eficaz para calmar su obsesión por la muerte. Francés.

W.H. AUDEN y S. SPENCER: dos poetas británicos comprometidos con la república.

ANDRÉ MALRAUX:  Supo despertar la conciencia de Europa al máximo exponente de la literatura bélica. Francés.

PETER WEISS: el sutil análisis bélico de un brigadista internacional. Alemán.

GEORGE BERNANOS: cinco años en Mallorca entre misas y guerra civil. Francés.


 

MIGUEL TORGA: le dolía España y no perdonaba al tirano ni transigía con la violencia. Portugués.

WALTER STARKIE: Estampas de España ganándose la vida como trovador vagabundo con su violín. Irlandés.


 

EUGENIO MONTALE: Le chocaban las componendas sociopolíticas a que se veía obligado el intelectual español. Italiano.

GERALD BRENAN: No se conformó con ver España desde la distancia, sino que quiso vivir la realidad cotidiana. Británico.

RICHARD WRIGHT: se asombraba del paganismo religioso, el arraigo del fascismo y la indiferencia social de los españoles. Estadounidense.

GRAHAM GREENE: de la mano de un cura y un político, Quijote y Sancho Panza modernos, nos enseña viajando por España lo más relevante de nuestro país. Británico.


N.B.: las ilustraciones están tomadas de la revista en la que no constan autores o derechos de autor de las mismas. 

 

 

6.10.25

LOS AMANTES EXTRANJEROS


Enganchado como últimamente estoy a la literatura de viajes, me topé con este libro que tantas satisfacciones, gratas sorpresas y conocimientos me ha deparado. Su autora, Ana R. Cañil es una periodista con un bien nutrido currículum en la prensa española (reportajes, etc.)

 

En esta obra recoge y recorre las opiniones de viajeros extranjeros por nuestro país - fundamentalmente de los siglos XIX y XX. Los decimonónicos son mayormente conocidos (Irving, G. Borrow, Richard Ford) principalmente románticos, aunque introduce otros forasteros menos conocidos pero que también recorrieron España y plasmaron sus impresiones. La novedad es que incorpora autores del siglo XX e incluso alguno del XXI. 

                                                      

     

El ladrón de azulejos de G. Doré 

Sin embargo, entre los del  siglo XIX predominan los que la autora califica de “curiosos impertinentes" o “caramalhuele”, porque critican nuestro país, sus costumbres y sus gentes de cualquier clase social, en una especie de resentimiento por no acabar de encontrar lo que venían buscando: bandoleros y cierto exotismo que esperaban más africano. No obstante, hay otros que simpatizan con nuestras gentes, monumentos y costumbres, destacando la rica diversidad antropológica, paisajística y monumental del la nación; en este sentido me ha sorprendido la falta de mención al italiano Edmundo De Amicis, que recorrió España durante un periodo convulso de nuestra historia como fue Sexenio Revolucionario y, más en concreto, el  breve reinado de Amadeo I de Saboya, y que -salvo las corridas de toros y más las peleas de gallos- ensalza siempre con simpatía. En cuanto los del siglo XX no podían faltar Hemingway ni Orwell, pero también nos encontramos con S. Zweig y luego el holandés   Cees Nooteboon el inglés Chris Stewart, músico y batería del grupo de rock progesivo “Génesis” que acabó instalándose en Las Alpujarras y escribió sobre nuestro país un libro titulado Entre limones que resultó un best seller. También entre los más recientes viajeros, que no turistas, se  encuentra Jan Morris,  transexual quién el verano de 1963 viajó por aquí y escribió su Presencia de España por lo que fue alabado por Gerald Brenan “mejor libro de viajes por España”.

 

Más reciente (siglo XXI) es el caso del francés Jean-Christofe Rufín, médico, escritor, humanista, “espíritu universal”, miembro de la Academia Francesa y otros méritos, que en el año 2000, con más de sesenta años, “se calzó las botas” y emprendió el Camino de  Santiago en solitario.

Monumento a Julio Verne en Vigo

El recorrido que hace la autora de los viajes de estos extranjeros no es lineal, ni cronológica ni geográficamente y así, tras su jugoso prólogo, nos lleva a Granada (Alhambra, Generalife) y desde este cúmulo de sensualidad, nos conduce al frío y sobrio Escorial (monasterio, palacio y panteón real). El capítulo 3 está dedicado a las iglesias prerrománicas de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo. Le siguen Julio Verne por la bahía de Vigo, Segovia y Sevilla, para después volver al norte: La Maragatería y sus peculiaridades. Luego vuelve al sur, concretamente a la Sierra de Guadarrama, para continuar retornando al norte por el Camino de Santiago (el camino primitivo, su génesis y las maravillas de la catedral, como el Pórtico de la Gloria y su iconografía). Pero vuelve al sur: Madrid, ocupándose del Paseo del Prado, para después despacharse en la Barcelona de la Guerra Civil y los sucesos de mayo de 1937.

 

Finalmente una bibliografía titulada “Los escritores que me han inspirado”, selección de la autora que -me consta- no es exhaustiva.

 

Entre las anécdotas que incorpora queremos destacar la del ladrón de azulejos de la Alhambra, el mejor cochinillo para comer en un bar-restaurante de Segovia llamado paradójicamente “California”, lo soso que resulta en la visita a nuestra tierra Andersen, el danés escritor de cuentos infantiles, la santa barbuda patrona de las malcasadas y ahora del colectivo LGTBI, el maragato que le compró una biblia a don Jorgito Borrow para vendarla más cara en uno de sus trasiegos comerciales, el interesante y frecuentado bar del Camino de Santiago con fotos y música de Bob Marley,  Pink Floyd y otros músicos de la época.

 


Se echa de menos un índice onomástico y de lugares, cosa que facilitaría mucho la comprensión y orientación del lector y que sería de agradecer en una nueva edición de este libro escrito con estilo ágil y ameno, que sin duda merece la pena leer porque es el reflejo de lo que somos, de lo que fuimos a ojos de los extranjeros que nos visitaron, así como un espejo donde mirarnos y reflexionar sobre nuestra historia.






12.9.25

ANTI-BOOMERS

 

Lo confieso, soy un boomer español, de los que nacieron en España entre los años `50 y `60 tras la Guerra civil y la inmediata Guerra mundial. Comencé a trabajar a los 13 años y a cotizar en la Seguridad Social a los 15, pues por entonces la edad para trabajar estaba establecida a los 14 años. Entre tanto tuve varios oficios: aprendiz de fotógrafo (sin cobrar), luego “sacador de fuego” en una platería -cobrando pero no cotizando- y tras ello en una gestoría en idénticas condiciones, con la salvedad de que el jefe nos invitaba a una cerveza y un bocata de calamares los sábados a mediodía al terminar la jornada laboral. Tuve la suerte de que en aquella gestoría un día llegó un joven graduado social (Andrés López) amigo de la casa, quien buscaba un “botones” para su recién creado bufete; imprescindible que dominase la mecanografía. Me recomendaron en la gestoría y allí mismo me hizo una prueba con la máquina de escribir. Hay que señalar que previamente mis padres me habían pagado un curso de mecanografía en una academia privada cordobesa. En fin, le gustó la prueba y me contrató en el acto. Así que al lunes siguiente, con 14 años, comencé a trabajar en esa asesoría laboral en la que permanecería durante diez años. Como esto ocurrió en verano hube de interrumpir mis estudios de bachillerato que no podría retomar hasta los 15 años cuando tuve acceso al Bachillerato nocturno.

Estos estudios nocturnos (desde las 20 a 23 horas, sábados incluidos) los coroné años después terminando 6º y Reválida y luego el COU y la subsiguiente Selectividad, lo que me permitió acceder a la Universidad en 1979 en el turno de tarde, pues seguía trabajando en la oficina en régimen de jornada intensiva, cosa que conseguimos por la lucha de mis compañeros de trabajo y yo. Entre medias sufrí el servicio militar (obligatorio): un mínimo de 15 meses en la flor de la vida, cobrando 250 pesetas al mes para tener lustrosas las botas y los correajes militares, puesto que de la ropa y alimentación se ocupaba el Ejército, o sea, el Estado.

En fin, en 1984 terminé de cursar mis estudios universitarios (Geografía e Historia) lo que me abrió la puerta a nuevas posibilidades laborales que, con el tiempo, se convertirían en mi profesión como docente de Bachillerato.  En 1981, luego de dos años de terminar el Sevicio militar y reincorporarme a la empresa, fui despedido e indemnizado por un ajuste de personal. Con la indemnización, y junto a otros amigos en mi misma situación, decidimos crear una librería en régimen de cooperativa -cosa que hicimos- aunque aquello no fue bien. Hay que recordar que en 1982 hubo una minicrisis económica en España. Y también que las librerías en Córdoba no eran ni, lamentablemente, siguen siendo un buen negocio. En resumen, nos convertimos en lo que hoy llaman “emprendedores”, finalmente fracasados pero arriesgando y dejándonos la piel en el intento de sacar adelante el negocio y nuestro sustento. En 1985 parece que empezó a reactivarse el mercado de trabajo y logré un puesto temporal como administrativo en un organismo oficial de la Junta de Andalucía, primero en Cabra y luego en Rute; hasta que en el año siguiente conseguí un contrato de un año como historiador-arqueólogo en Medina Azahara, dentro de un programa andaluz llamado PAEMBA cuyo objetivo era dar trabajo a jóvenes titulados o licenciados. Mi contrato duraba un año, pero el director de ese yacimiento, contento del trabajo de algunos jóvenes que allí estábamos, nos prorrogó el contrato un año más, aunque las condiciones habían cambiado: ya no éramos personal laboral de la Junta, sino que nos tuvimos que dar de alta en Hacienda con una licencia fiscal como autónomos, con lo cual ya no percibíamos una nómina, sino unos honorarios como autónomos por “obras y servicios” , a pesar de que teníamos que acudir al “centro de trabajo”  en el mismo horario que la vez anterior.  Además los “autónomos” no teníamos derecho al cobro del desempleo.

Por suerte para mí, cercano a finalizar este 2º contrato que no se sabía si nos renovarían, aprobé las oposiciones de profesor de Bachillerato y mi vida se estabilizó, aunque hube de cambiar de domicilio al albur de los destinos laborales, siempre cargando con los gastos de transporte y, en su caso, de alojamiento. De modo que estuve dos años en La Carlota, otros dos en Constantina, y diecisiete en Montoro, hasta obtener destino en mi Córdoba natal, y mi domicilio familiar, en 2009. Y allí permanecí hasta mi jubilación. Atrás quedaron cientos de horas de cursos, cursillos, cursetes, congresos y simposios muchos de ellos de pago, además del tiempo empleado a costa de horas libres en el plano personal y familiar.

En resumen, 43 años cotizados, 30 de los cuales lo fueron en la docencia.

Y ahora vienen con el cuento de que nosotros, los boomers, estamos arruinando el futuro de los jóvenes por nuestras pensiones. Además de una mentira me parece una ofensa a quienes -como yo- hemos sido una generación “sandwich”, pues de jóvenes entregábamos el salario a nuestros padres y después a mantener a nuestros hijos desamparados.

Nosotros aportábamos a la caja de las futuras pensiones (nuestras). Otra cosa es que los distintos gobiernos “democráticos” hayan esquilmado esa hucha para otros menesteres, como rescates a los bancos, putiferios y otras corruptelas o MENAs, quienes supuestamente venían a pagar nuestras pensiones, por otra parte sobradamente pagadas con nuestras cotizaciones al sistema de la Seguridad Social. Otrosí pregunto ¿Quién ha pagado la sanidad, los estudios gratuitos de los millenials, libros de texto incluidos o becas incluso para los que suspenden asignaturas?

Recuerdo que la primera vez que viajé al extranjero (Francia) fue a costa de mi propio pecunio y en tienda de campaña. Mientras que en los dos últimos decenios los jóvenes han gozado de programas como el “Erasmus” (jocosamente llamado “Orgasmus”) que les han permitido estar un año o curso escolar a gastos pagados en algún país extranjero; por poner solo un ejemplo. Han sido los partidos políticos los que han conducido a esta penosa coyuntura por su mala, pésima gestión, quienes nos han conducido a la actual situación y han vuelto a recurrir al “divide y vencerás” tratando de enfrentar generaciones y así sustraerse a su responsabilidad, lanzando como cortina de humo este impostado, falso, choque generacional.

Es de deplorar la actitud de algunos economistas que insisten en esa idea de que los pensionistas somos el problema, cuando tanto hemos contribuido al levantamiento y progreso de este país durante más de cuarenta años. Y es que el verdadero problema estriba en nuestro sistema político podrido; con 18 parlamentos en los que sus miembros se aseguran pensiones altísimas con solo permanecer 8 años en el cargo, un cargo nada democrático por cuanto las listas electorales son cerradas, es decir, es el partido político quién designa a los privilegiados que compondrán esas listas. Democracia cero.

27.8.25

LIBROS DE VIAJES (Comparativa)

 


Son dos los libros de viajes por España que he leído últimamente: el de Münzer (siglo XV) que reseñé en mi anterior entrada en el blog que mantengo. Y ahora he terminado de leer el del italiano Edmundo de Amicis, titulado España. Viaje durante el reinado de Don Amadeo I de Saboya, (siglo XIX). Me lo prestó un amigo pero acabé comprando una edición digital (pésima, por cierto) por aquello de que me gusta mucho subrayar y anotar y no quería mancillar el ejemplar en papel, y además por que en la edición digital puedo recuperar mis subrayados y anotaciones con un clic e incluso imprimirlos.

El viaje de Münzer incluyó Portugal, el del italiano casi cuatro siglos después (1872) y solo las ciudades que le interesaban, entre las que por su extensión sobresale el capítulo dedicado a Madrid.

Del primero sabemos la fecha exacta de su llegada a nuestro país, del segundo solo que llegó un día lluvioso de febrero (esto me recuerda al comienzo del libro de R. Musil  El hombre sin atributos). Con la partida ocurre lo mismo, De Amicis, por un hecho que relata (la sustitución de Sagasta por Zorrilla) se ha de suponer que marchó en junio.

Ambos entraron por el mismo sitio, el Rosellón, pero salieron por sitios distintos: Roncesvalles el alemán, Valencia (en barco) el italiano. Ambos estuvieron en la Península más o menos el mismo tiempo, cinco meses, si bien uno iba a caballo y el otro utilizaba el ferrocarril, lo que le permitió estar más tiempo en las ciudades visitadas. Una vez aquí el itinerario seguido fue similar hasta Andalucía (Sevilla) en donde Münzer tomó rumbo a Lisboa, pasando por Oporto y retornando a nuestro país por Tuy, para después llegar a Santiago de Compostela. De Amicis se dirigió al centro de España.

Ambos visitaron las siguientes ciudades:

-Barcelona

-Valencia

-Granada

-Málaga

-Sevilla

-Toledo

-Madrid

-Zaragoza

 

Münzer además, estuvo en los siguientes lugares y ciudades:

-Monasterio de Montserrat

-Almería

-Lisboa

-Santiago de Compostela

-Zamora

-Salamanca

-Monasterio de Guadalupe

-Guadalajara

-Pamplona

 

Por contra, De Amicis estuvo en varios sitios no visitados por el alemán:

-Burgos

-Valladolid

-Aranjuez

-Córdoba

-Cádiz

Dos viajeros, dos épocas muy distintas con motivaciones igualmente diversas: Münzer por gusto y que era un rico negociante, es una época de estabilidad con los Reyes Católicos a los que admiraba. De Amicis por trabajo como corresponsal del periódico La Nazione  con el objetivo de publicar sus crónicas sobre España precisamente cuando reinaba un italiano en una época convulsa (el Sexenio Revolucionario).

Jerónimo, más escueto pero también más “científico” aunque más religioso. Edmundo, un romántico, más antropológico, aunque ambos hablan con admiración de España.

Dos escritores, dos puntos de vista, dos estilos desiguales, pero ambos fructíferos para conocer mejor la historia de España.

  

 


11.8.25

VIAJE POR ESPAÑA Y PORTUGAL (1494-1495) de J. Münzer

 


Libro facsímil de la editorial Maxtor. Su autor Jerónimo Münzer fue un acaudalado alemán que viajó por la península ibérica a fines del siglo XV (1494-1495). Recorrió aproximadamente 3000 kilómetros por la “piel de toro” durante 146 días, casi medio año. Consiguió cartas de recomendación de nobles que le abrieron las puertas incluso del rey de Juan II de Portugal y los Reyes Católicos, a los cuales también admiraba por la pacificación de sus reinos y la unificación política y religiosa tras la conquista del reino nazarí de Granada y la expulsión de los judíos en 1492, año que coincidió con el descubrimiento de América, al que no prestó mucha atención mientras sí lo hizo sobre los avances portugueses en su circunnavegación de África hasta llegar a Extremo Oriente.

Católico acérrimo, se detuvo varios días en los lugares que más le interesaban, como los monasterios de Poblet, Guadalupe o S. Juan de los Reyes en Toledo o las catedrales que visitó, de las que hizo un recuento de sus racioneros y otros cargos eclesiásticos bien nutridos.

Su itinerario comenzó en el Rosellón para luego, paralelo a la costa levantina española, viajar hacia el sur (Valencia, Almería y Granada) y desde esta última ciudad encaminarse a Sevilla. Tras su estancia de Hispalis partió hacia Portugal, recalando en Lisboa y Oporto para luego volver a España (Galicia) por Tuy y visitar Padrón (Iria Flavia) y por supuesto Santiago de Compostela, a la que en su libro llama “Compostela de Santiago”. De allí partió hacia el sur recorriendo el reino de León -Benavente, León y Zamora- ciudad esta última que confundió con la antigua Numancia; y es que, como no hablaba castellano, debió confundirse, al igual que más adelante confundió Medinaceli con la romana Bilbilis (cerca de Calatayud) ya en el reino de Aragón (“nadie es perfecto”, como se dice en la película de B. Wilder).

Visitó Toledo y también Madrid (Maiorit o Magerit en árabe, ahora que se sigue poniendo en cuestión el legado andalusí) tras lo cual emprendió el viaje de regreso hacia el norte y la frontera con Francia a través de Roncesvalles

Sus notas sobre paisajes, cultivos y otros aprovechamientos además de la antropología cultural resultan muy interesantes para el conocimiento de la incipiente España en aquella época de cambios.  

Libro pequeño (134 pp.) pero matón. Contiene índice geográfico y onomástico.

 

P.D.:  Para las distancias recorridas hemos recurrido a lo que cita el DRAE, de modo que una legua castellana equivale, más o menos, a 5’5 km., o sea, la distancia que puede recorrer una persona en una hora, aunque el autor iba a caballo. 

 

                         

Croquis del recorrido de Münzer por la península ibérica entrando por Perpiñán.

 


 



12.5.25

50 MEDITERRÁNEOS



Sorpresivamente, solo con cuatro días de antelación, recibí la noticia de que mi último y segundo libro podía ser presentando el sábado 26 de abril en el Centro Sociocultural “Luciana Centeno”, dentro de una jornada dedicada al Día del Libro y a los 160 años de la publicación de Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Caroll

El evento entreveraba música en directo, presentaciones de libros, stands de librerías y editoriales cordobesas. La música, que amenizó la jornada, corrió a cargo de jóvenes alumnos del Conservatorio “Músico Ziryab”, quienes para nuestra alegría interpretaron piezas desde clásicas a modernas incluida la guitarra flamenca. Y así, bajo la agradecida sombra de los frondosos árboles del patio de este antiguo centro escolar, transcurrió la agradable jornada que sería coronada por un perol y prolongada hasta las 18 horas. El perol se retrasó más allá de las 14 horas en que estaba previsto, así que, cercanas las 3 de la tarde y sin oler  todavía el arroz, decidí marcharme a casa e improvisar una comida dado que los amigos que me arroparon (Juan Salvador, J. Cano, Eladio, M. Morales, Alberto R., Mª Jesús Monedero, Inma y Pepe Reyes, M. Carmen Cívico y finalmente Jesús) se fueron yendo dado el retraso en el horario previsto.

Como algunas personas  que no pudieron asistir me han preguntado dónde pueden adquirir el libro, ahí va la lista de establecimientos cordobeses donde pueden hacerlo:

LIBRERÍA LA LUNA, C/ Santa Victoria, 4.

LIBRERÍA MI COLEGIO, Ronda de los Tejares, 8.

LIBRERÍA LUQUE, c/ Fray Luis de Granada, 11  (hacen envíos postales).

BARBERÍA FERNANDO, c/ Mayor de Santa Marina, 8.

OSTIN MACHO, c/ Duque de Fernán Núñez, 1.

 

Vídeo de la presentación (4 minutos)