27.9.19

LA FOTOGRAFÍA



Kodak Instamatic. Foto tomada de Lomography


Soy aficionado a la fotografía desde que tenía 15 años. Mi primera cámara fue una Kodak Instamatic que me regaló el Círculo de Lectores por hacerme socio. Después y junto con Antonio Suárez, compañero y amigo, se intensificó nuestro interés por esa afición y ambos nos compramos la Yashica Electro 35, con buena óptica pero no réflex. Además yo la adquirí a plazos, mediante las antiguas “letras” porque mi economía no daba para más. Fue en una tienda que había en el barrio de Valdeolleros, en una de las calles con nombre de pintores.

Yashica Electro 35. Foto tomada de Cashconverters.

Me pasé a las diapositivas porque resultaban más económicas que el positivado en papel. Empecé con marcas de pobre calidad, como ORWO y después otra mejor que se llamaba PERUTZ; AGFA y KODAK no estaban todavía a mi alcance, y llegarían después junto con mi primera cámara réflex que fue la PENTAX  K 1000, marca que no abandoné mientras duró la fotografía no digital, pues era una marca de calidad pero de precio notablemente más bajo que las afamadas Nikon o Canon. 



Pentax K 1000. Foto tomada de Kenrockwell

Y así, con un grupo de amigos y conocidos también aficionados, creamos la primera asociación fotográfica de Córdoba. Todo en torno a la tienda LINARES en la calle Concepción, que era nuestro lugar de encuentro y dónde nos asesoraba amablemente el Sr. Linares que además de honesto vendedor fue un humilde gran fotógrafo poco dado a la fama. Seguí siendo cliente de esta tienda cuando se trasladó a la calle Historiador Díaz del Moral (antes Eduardo Quero) y luego a Cruz Conde. En ella conocí a Antonio García, de mi edad, y del que me hice amigo por ser ambos adolescentes que trabajamos en la misma calle: él en la tienda de fotografía y yo en una oficina cercana. También Antonio era aficionado y nos asesoraba sobre cámaras, accesorios y técnicas. Cuando él montó su propia tienda (FOTO CB, en la calle Doce de Octubre) le seguí como cliente.

Folleto de la Exposición "Fotografía Neurótica"

El colectivo de amigos tomó finalmente el nombre de “Colectivo 3x1”, porque lo fundamos 3 Rafaeles y un Gerardo. Luego se fueron agregando amigos y amigas (Aurora Pérez de Algaba, Inma Criado, Pablo Montero...) y organizábamos safaris fotográficos y exposiciones en la calle, como en el Paseo de la Victoria, el antiguo viaducto o el Barrio Naranjo. También una exposición sobre el desnudo en el Círculo Cultural Juan XXIII.  El culmen del colectivo fue la organización de la “I Exposición de Fotografía Neurótica” en la Posada del Potro en 1984, con gran éxito de convocatoria y público además de muchas fotos de calidad venidas incluso desde Japón.

Tras el colectivo, algunos miembros se dedicaron a la fotografía profesional, como Rafa Montes. Yo me dediqué efímeramente a ella, y en un tris estuve de dedicarme plenamente porque me quedé en paro, eran malos tiempos (crisis del 82) y había que buscarse la vida. Conseguí algún modesto premio, alguna mención  internacional, una exposición personal y ver publicadas algunas en libros.

Antes, incluso tuve un laboratorio de revelado y positivado en blanco y negro, que montaba por la noche en el cuarto de pila de mi casa, aunque final y definitivamente adopté la diapositiva en color. Hasta que llegaron las digitales, una verdadera revolución técnica y económica que puso al alcance de cualquiera la afición fotográfica.

La primera digital que tuve fue una RICOH de escasa resolución y tamaño (como fueron las primeras), luego una NIKON que me prestó buenos servicios pero que todavía no era réflex, y tras ella una excelente “bridge” con excelente óptica y potente teleobjetivo con magnífico rendimiento de la marca SONY. Todas ellas “murieron” por la “obsolescencia programada” y duraron menos de 5 años cada una. Finalmente volví a Pentax ya réflex digital, lo que me permitía utilizar los objetivos que tenía de la analógica. Me costó muy barata, con objetivo zoom incluido y de momento parece ser que va superando la “maldición de los 5 años”.

La revolución tecnológica también me permitió digitalizar todas las cajas de diapositivas que tenía (unas 150) y algunas en papel. Hoy están alojadas en Flickr, junto con gran parte de las fotografías digitales hasta la fecha. Son más de 40 años de imágenes (unas 20.000). Las sigo titulando y etiquetando, lo cual facilita enormemente su archivado y localización. Y muchas están bajo licencia Creative-Commons para que la pueda utilizar cualquiera con solo mencionar la fuente, porque soy un firme defensor de la cultura y el software libres.


Si me dediqué a la fotografía fue por mis nulas aptitudes para otras artes, como la pintura, la música o la literatura. Es una de mis tres grandes pasiones junto al viajar o el leer. Y me permite captar la belleza que contemplo para recrearme luego en ella; pero también porque me sirve como documentación de lugares, monumentos, personas o hechos. Por eso que nadie que se atreva a echarles un vistazo piense que se trata de “obras artísticas”; las hay mejores y peores, buenas y menos buenas, interesantes o irrelevantes para muchos, pero importantes para mí. También algún experimento gráfico. Porque mi cámara es mi libreta de notas y yo “solo soy un ojo” que capta lo que le interesa o le asombra.



1 comentario:

Rafael Jiménez dijo...

Not at all!. Is my pleasure.