Calle Imágenes.
He salido a hacer otra tanda de fotos de los atrapasueños que este año decoran la calle Imágenes. Allí me he encontrado con Goval y otros vecinos que continuaban su labor (aún no terminada) y recomponían los desperfectos sufridos por el vandalismo nocturno (ese incomprensible afán destructivo que parece haberse incrementado con la crisis).
Patio del palacio de los Villalones (Orive).
Después de prometer a Goval que subiré algunas de las tomas por si hay alguna que le sirva para tarjeta a editar este año, me he dirigido al palacio de Orive, donde se exhibe una colección de originales de carteles de la Feria de Córdoba de los últimos años. Esto me ha servido para penetrar en el patio de ese palacio de leyenda. El patio, con mezcla mudéjar enmascarada por el encalado, me ha parecido magnífico, con una luz tamizada por toldos blancos similares a los que estos días, previos al verano, van cubriendo las calles más comerciales de la ciudad. Mobiliario de sólida madera con estilo tradicional decoraba el patio, además de ofrecer lugar de descanso a los visitantes. También había un panel en el que hacerse una foto poniéndole nuestra cara a La regadora, esa escultura de José Manuel Belmonte homenaje a los patios que se encuentra en la Puerta del Rincón.
Casa neomudéjar.
He hecho las fotos, que engrosarán las imágenes de carteles de feria que se pueden ver en la enciclopedia wiki del Ateneo, y por la calle he fotografiado otros rincones, como la plaza de San Andrés con la portada del Palacio de los Luna y la deliciosa fuente que la precede. De regreso también he hecho una fotos de la casa neomudéjar que se enfrenta a la portada de la iglesia de San Andrés. Allí he tomado consciencia de los bonita que es Córdoba, y de lo amigable que resulta para el paseante. Esa mezcla de limpia sobriedad junto a la sensualidad de sus balcones floridos. Y eso a pesar de los cables, esa plaga que en Córdoba arruina tan bellas vistas. Las calles eran un continuo tráfico de gentes maravilladas.
He vuelto a la calle Imágenes por la laberíntica, solitaria y desconocida calle Cidros, para hacer otras tomas con distintos ángulos y luz. Allí los vecinos continuaban su labor.
Guía con grupo en la plaza del Rector.
Al pasar por Santa Marina un numeroso grupo de visitantes atendía las explicaciones de su guía que, enarbolando una bandera azul los ha conducido luego hacia la plaza del Rector y los patios de Tafures nº 2 y Zarco nº 15.
Una maravilla de mañana. Una maravilla de ciudad.
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