12.12.18

El coloso de Marusi



He vuelto a leer ese libro que tanto me gustó allá por el año 1983. Ahora lo he exprimido, anotado y revivido las gratas sensaciones que me causó entonces.

No es de los más famosos de su autor, Henry Miller, más conocido por obras que en su momento (años ’30) resultaron escandalosas (Trópico de Cáncer…) Y en gran parte conserva detalles jocosos que caracterizan su obra. Pero este libro es distinto, luminoso, aunque mantiene el vitalismo que caracteriza a su autor. No habla del París de Entreguerras, sino del viaje que hizo a Grecia en 1940, poco después de desencadenarse la II Guerra Mundial, invitado por su amigo, el también escritor Lawrence Durrell.

Parece que su estancia allí le marcó. Relata sus experiencias; describe a las gentes y lugares que conoció y que le conmovieron hasta llegar a sentimientos místicos.

De ninguna manera me gustaría destripar el libro, porque además no es un libro “destripable”; no es una novela, hay que leerlo para sentirlo y disfrutarlo. De modo que las citas que reproduzco a continuación son eso, solo citas que más me han llamado la atención; pura subjetividad. Están entresacadas de aquí y allá, siguiendo el viaje de Miller, y las he agrupado por temas. Entre paréntesis hago constar la página del libro en que se encuentran, teniendo en cuenta que se trata de la edición de Seix Barral  de 1982.

Una de las cosas que hace, sorprendido y admirado, es resaltar a la gente griega y su cultura, y compararlas con otros pueblos que el autor conocía.


Los  griegos

-El griego antiguo  era un asesino: vivía en un mundo de evidencias brutales que atormentaban su espíritu. Estaba en guerra con todos, incluso consigo mismo. De esta feroz anarquía salieron las especulaciones metafísicas, bálsamo del alma, que aun hoy día dominan el pensamiento humano. (p. 27)
-“El griego es vivo […] el inglés es linfático […] la jaula de la ardilla didáctica” (125)
 -“La joven griega corriente que se ve en la calle es superior en todos los aspectos a su colega americana”. (125)
-[Admiré a] Las mujeres griegas que conocí, por lo que había de regio en ellas. (59)
-Hembra de carga. (127)      
-El tamaño de un país no se mide por los kilómetros que tenga…” (59)
-se traga a EE.UU. y Europa  juntos  (59)
-Cuando el griego se va de un lugar, deja un vacío. El americano deja atrás de él un montón de chatarra…” (59)
--“… los peloponesios eran una raza de constructores cuya evolución espiritual […]. Ni un solo poeta ha salido de esta raza de constructores de piedra”. Ha producido algunos maravillosos <>, legisladores y jefes militares”.
 (71)
-Después de los hindúes y los bereberes [los griegos] son los hombres más apuestos, más nobles y dignos de todos los que he visto. (131)
-La gente se abre como flores. (59)
-La nota dominante es la alegría. (141)
-Griego no miedo. (144)
-¿Y que tiene Grecia para gustarle tanto? Luz y pobreza. (153)
-La luz es sagrada en Grecia. (153)
-En Grecia se tiene siempre una sensación de eternidad. (221)
-El griego es un enamorado de la luz.  (234)
-Grecia se me presenta como el centro del universo. (236)
-Grecia me había hecho un ser libre y entero. (236)
-En Grecia se tiene la convicción de que el genio, no la mediocridad, es la norma. (99)
-Quiero a estos hombres. (236)
-Ellosme han purificado. (237)
-El griego una lengua para poetas. (vs. Inglés) (80)
-Los griegos cultos no leen a sus escritores. (80)
-Espiritualmente [Grecia] sigue siendo la madre de las naciones.  (237)
-Grecia es el hogar  de los dioses. (265)


Lo francés

-Levanta vallas. (40)
-ami no contiene el sabor de friend. (40)
-El propietario de mi hotel  a diferencia de todos los hoteleros franceses que he encontrado, solía decirme de vez en cuando: “¿Necesita dinero?”. (44)
-En francés ni sabe dar ni solicitar favores…” (44)
-En Francia este nexo entre lo divino y lo humano se ha roto. (265)
-No me gustan sus jardines de vallas…” (157)
-La repudio a ud., a sus vallas…” (164)


Lo inglés

- Los ingleses que viven en Grecia -una triste banda- […] son gente espesa …” (45)
-Faltos de imaginación y sin flexibilidad. (45)
-El [idioma] inglés es demasiado insulso, demasiado prosaico (de tenderos).  (80)
-Yannopoulos  vs. Walt Whitman (80)


Algunos alemanes

-Un pequeño grupo de alemanes, comedores de sauerkrauts (113)


También habla mucho de los lugares que visitó y de su impacto casi siempre positivo, a veces extático:

-Acrópolis ( 53)
-Arakona  (216)
-Atenas (54)
-Canarsie  (205)
-Cnossos (177)
-Dafni (54)
-Delfos (216)
-Eleusis (54-55)
-Epidauro (91-92)
-Esparta (249)
-Herakleion (133)
-Llanura de Tebas (212)
-Montmartre (37)
-Nauplia (89)
-Parnaso (219)
-Trono de Minos (177)
-Tumba de Agamenón (111)

Y de personajes que conoció allí o a los que alude porque conectan con alguna sensación del momento (gente del pueblo llano, poetas, escritores, músicos, artistas…):

Blaise Cendrars (35), Katsimbalis (36, 37 y 40), Sherwood Anderson (42), Karamonaios (50),  George Seferiades (56), Anteo (57), Bouboulina (79), Juana de Arco (79), Ambrose Bierce (124), Bombois, Pyronnet, Kane, Sullivan, Virin (p.132), Lautramont, Monk Lewis, Heinrich Georg, Aragon (133), Joe, Fats y Ella y Louis (p.157), Akhenaton, Moctezuma, Homero, Praxíteles (177), Antinoo (el último de los dioses)  (220), Maeterlink (267).


Y por supuesto de lo espiritual, que es lo que más diferencia a esta obra de la gran mayoría de los libros del autor: desde referencias al Tao Te King, reflexiones sobre la vida y la muerte o sensaciones que allí experimentó:

[Se refiere a Epidauro]: “Aquí el curado él mismo (encuentra) la curación, paso primero y esencial en el desarrollo de un arte que no es médico, sino religioso […] Los grandes médicos han dicho siempre que la naturaleza era la gran curadora[…] La naturaleza puede  únicamente curar cuando el hombre ha sabido reconocer el lugar que ocupa en el mundo…” (92)
-“En nuestro mundo el ciego guía al ciego; y el enfermo pide al enfermo que lo cure…” (92)
 -“No tenemos curadores; tenemos solamente carniceros…” (92)
 -[…] “las enfermedades nuevas que hemos ido creando” (92)
 - La luz de Grecia abrió mis ojos. (271 )
 -“ me niego categóricamente a convertirme en algo que sea inferior a esa condición de ciudadano del mundo que, de pie ante la tumba de Agamenón, me otorgué.”  […] (   )

-“¡Paz a todos los hombres, digo, y vida mejor!”. (271)


Tal vez el título aluda a la ciudad de Amaroussion y lo colosal que  puede llegar a ser el ser humano tras una revelación como la que el autor experimentase en Grecia.
  
P.D.: Hilarante y magnífico el episodio del peculiar Katsimbalis y “Los gallos del Ática” (273)




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