Miércoles 23 de mayo día (y semana) cultural. Tengo previsto asistir a la lectura de poemas/diario de J. L. Reyes en La Sebastiana. En esa misma jornada ojeando el periódico me entero de la representación de teatro promocionada por mi amigo Alberto Monterroso y a la que no puedo acudir por razones obvias. La misma tarde el también amigo Manuel Toribio me trae a casa su reciente libro sobre el historiador cordobés Jaén Morente.
En la lectura de poemas (MORTA E APERTA) me encuentro con amigos inesperados, como Esperanza y José Antonio Álvarez, y también con personas conocidas de oídas y por sus libros, como Fernando Penco. El acto gira en torno al viaje realizado por el autor de fotografías y textos a la ciudad italiana de L’ Aquila, una ciudad cuasi fantasma a causa del terremoto de 2009 en la región italiana de los Abruzos.
José Luis Reyes Criado es una revelación. Un antiguo alumno del que no esperaba su evolución, a pesar de la formación de sus padres, también buenos amigos. Equivocadamente lo creía más enfocado al mundo del deporte que al del arte. Pero ahora ha demostrado una vis artística increíble. Una sensibilidad y una capacidad que no me podía imaginar. Y es que así debe ser (o es) la vida: “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”, que dice la canción Pedro Navaja….
Pasé un grato tiempo disfrutando de amigos y arte. Porque el espíritu necesita de estos momentos para desencadenarse del rudo mundo material. El acto me resultó encantador. Poesía relacionada con fotos (micropoesía en lugar de títulos) acompañada de música de chelo (luego pregunto por su composición y resulta improvisada). Neorrealismo y barroco –música- esta última, interpretada por una joven prodigiosa llamada Sara Fontán. Momentos sublimes de textos excelentemente declamados con un acompañamiento musical asombrosamente concordante. Un placer; un lujo del que no habrían podido disfrutar las clases populares del siglo XVIII, por ejemplo…
Tras la lectura de José Luis, una violonchelista veterana cuyo nombre ignoro nos deleitó con su espontánea interpretación.
Una noche perfecta en una semana que comenzó en La Fresnedilla y terminó escuchando a mi amigo y colega Alberto Rubio, tocando el órgano de la iglesia de La Compañía el domingo 26 de mayo.
MÁS FOTOS AQUÍ.
No hay comentarios:
Publicar un comentario