19.12.25

LA REBELIÓN DE ATLAS (Ayn Rand)

 

Me recomendaron esta obra que principio pensé se trataba de un ensayo filosófico pero que resultó una novela -eso sí- filosófica de más de 1000 páginas. He dedicado muchos días a su lectura; ciertamente leo rápido, pero como me gusta mucho subrayar y anotar las frases o párrafos que me parecen interesantes, mis lecturas se alargan más allá del tiempo medio de lecturas. La terminé la noche del 15 de diciembre, ya casi en la madrugada.

Al día siguiente traté de recuperar mis subrayados y anotaciones para imprimirlos (como suelo hacer) pero no lo permitió mi Kindle, pues la obra, en formato digital, no la había comprado a Amazon sino que me la descargó gratis mi yerno de una recomendable web que alberga más de 63 millones de libros en todos los idiomas.

Esta novela de una autora rusoestadounidense se publicó en 1957, año de mi nacimiento, tras unos once años en su redacción. Calificada en las redes como “distópica” y “libertariana”, o simplemente filosófica dentro de las tesis de la autora que fundó el “objetivismo”. Sin duda se trata de una obra antimarxista, anticomunista, posiblemente por el rechazo de su autora hacia el estalinismo del que huyó y del sovietismo del que profetiza su hundimiento.

La protagonista principal es “Miss Taggart”, copropietaria y codirectora de la más importante compañía de ferrocarriles de EE.UU. Una mujer fuerte, decidida y con las ideas muy claras con respecto al futuro y desarrollo de la empresa iniciada por su bisabuelo. No aparece egoísta ni ávida de riqueza, solo honor y estar a la altura funcionalista de las circunstancias económicas y prácticas, para mejorar sus líneas ferroviarias en la certeza de que tales objetivos redundarán en un mejor bienestar público. Sin embargo, se enfrenta al gobierno inclinado al intervencionismo social-comunista, que va dictando normas autoritarias, castradoras del esfuerzo individual, del ingenio personal y su apreciable aportación a la mejora de la vida de las gentes y que necesita ser retribuido o, al menos, no coartado o limitado. La ideología del libertarianismo tan en auge hoy en día tras la victoria electoral de Trump o de Milei en Argentina. Este término pervierte el original de “libertario” (o anarquismo) al cual yo me adscribo y que se diferencia de aquél por su vertiente humanista, solidaria, del aforismo “De cada cual según sus posibilidades, a cada cual según sus necesidades”. Ambas corrientes de pensamiento casi coinciden en la necesidad de menos Estado (libertarianos) o su total desaparición defendida por los anarquistas (libertarios). ¿Utopías o distopías ambas? ¿Es que la Democracia Parlamentaria, con sus clamorosas imperfecciones y sus graves corruptelas, no es también una utopía? El ser humano es perfectible y siempre lo será, de ahí el fracaso del “hombre nuevo” defendido tanto por las dictaduras de derechas (nazismo, fascismo…) como de izquierdas (“socialismo científico” de Marx plasmado en el sovietismo); todas ellas se han llevado por delante la vida de millones de personas inocentes en el siglo XX. Estoy convencido de que ese hombre perfecto no existirá nunca, pues no se puede obviar nuestra condición animal, biológica, que tiene como norte el instinto de supervivencia y conservación.

Me parece que esta novela bebe de las fuentes del anarco-individualismo de Stirner (El único y su propiedad) que habré de leer para calibrar mejor el mensaje de “La rebelión de Atlas” y aunque los críticos opinan que su autora no defiende las ideas de Nietzsche por su “irracionalismo” y le contrapone su “objetivismo” en el cual la razón es la reina absoluta, sin concesiones; ¿Qué hay de Zaratustra?... 

También esta lectura me ha recordado a Camus y su obra El hombre rebelde (1951), y por supuesto a Escohotado y su magno libro Los enemigos del comercio (2008), al igual que también lo ha hecho de la obrita del filósofo italiano N. Ordine La utilidad de lo inútil (2013)

Tal vez Rand se esté vengando del asfixiante estatismo de su país de origen. Parece que en principio la novela se iba a titular “La huelga”, pero su marido estadounidense la persuadió de que le cambiase el título por el de “La rebelión de Atlas”, aquel titán de la mitología griega que fue castigado para soportar bajo sus hombros el peso de la bóveda celeste y el mundo, de modo que la huelga es en realidad un “lock out” de empresarios y científicos que se rebelan contra la voracidad y autoritarismo del gobierno, cosa impensable en EE.UU., dónde parece que esta obra es el segundo libro más leído tras la Biblia.

A mi parecer le sobran unas 400 páginas, entre descripciones de paisajes, tanto urbanos como naturales, como del físico de sus personajes y las relaciones amorosas, románticas, de su protagonista.

 Creo que se realizó una película de la primera parte de la novela que tuvo poco éxito.

En cualquier caso obra para pensar.


4.12.25

GR-7 VILLANUEVA DE ALGAIDAS-RUTE (28-30 noviembre 2025)

 

         Caserío de San Benito. Foto cortesía de Manuel Morales

El día 28 de noviembre los componentes del primer grupo partimos de Córdoba a mediodía para comer en el Caserío de San Benito, dónde -previsoramente- Eladio había reservado mesa para ocho y en el que tomamos un buen menú con platos elegidos por cada cual, todo abundante y exquisito en un ambiente cálido. Yo pedí una sopa de picadillo (el día, aunque soleado, era frío) y callos con garbanzos que no me pude terminar al igual que el postre incluido en el menú, cuyo precio ha subido notablemente desde la primera vez que almorcé allí, haces tres o cuatro años. Fue una buena elección teniendo en cuenta la abundante comida que nos esperaba por la noche.

Tras la reposada comida nos encaminamos hacia la cercana Villanueva de Algaidas para aposentarnos en el Hotel-Restaurante “Chovi” en el que una parte del grupo teníamos nuestro alojamiento dada su mayor accesibilidad para los que tenemos problemas de movilidad; desafortunadamente el ascensor no funcionaba, pero nos dieron habitaciones  que estaban a solo un tramo de escalera. El hotel parecía recién reformado, todo nuevo, pulcro y de amplias habitaciones y -en mi caso- con gran balcón a la calle; sin embargo, la puerta de acceso general a ellas rozaba fuertemente el suelo y resultaba un tanto esforzado el abrirla (no había Recepción y se había de recurrir a una llave distinta a la de la habitación) y las luces del pasillo funcionaban regular, al igual que el agua caliente en el baño, dónde no había vaso (que solícitamente me trajeron a la habitación desde su restaurante) y el jabón para lavarse las manos solo se podía obtener desde el dispensador de gel ubicado en el escueto cubículo que ocupaba el plato de la ducha. en fin, que aquello necesita un hervor. Me dio tiempo a echar una siesta, tras la cual me bajé a leer en la terraza del restaurante y fueron llegando los expedicionarios de la segunda tanda, los cuales se alojaron en el Hostal Algaidas, algo más arriba de nuestra calle dado que en el nuestro no había sitio para albergar a todo el contingente que conformábamos el grupo.

La cena la hicimos en el restaurante de nuestro hotel, con platos variados y compartidos por cada cuatro personas. Allí Manolo Morales nos informó de los planes para la jornada siguiente en los que había introducido leves cambios de última hora.

 

Sábado 29-11-2025

El día comenzó mal, no solo porque yo me retrasé en el desayuno debido a mi lentitud si no también a que recibí dos llamadas telefónicas imprescindibles justo cuando iba a bajar a desayunar. Finalmente este mi retraso no resultó perjudicial para el grupo y los horarios previstos ya que el desayuno se retrasó bastante porque que solo había un empleado para atendernos a todos y -cuando llegué- solo les habían servido el café a los puntuales que estaban a la espera de las tostadas, que fueron llegando después al igual que los residentes del hostal. Así que los más perjudicados fueron los senderistas quienes hubieron de retrasar su salida al menos una hora. Y es que los del “Grupo B” no teníamos problema ya que una guía (Sandra) se encontraría con nosotros cuando le avisásemos de nuestra llegada al Museo-Belén de Chocolate. Llegó enseguida y ayudó a bajar mi silla de ruedas del coche de Joaquín y Esperanza con el concurso de Eladio. El aparcamiento del Museo estaba a tope, teniendo que dejar los coches entre los olivos en pendiente y no parando de llegar autocares y más coches. La cola para entrar era enorme, pero gracias a los buenos oficios de nuestra guía accedimos a él de forma rápida a través de una rampa lateral. Al salir nos dirigimos al cercano Museo del Turrón a través de una corta, sinuosa y muy peligrosa carretera con algún impertinente motorista al que se enfrentó nuestra guía; creo que el Ayuntamiento de Rute debe tomar medidas antes de que ocurra alguna desgracia, pues eran cientos de peatones que habían de caminar por allí. Ya en el museo Esperanza y yo solo visitamos la planta baja por problemas de accesibilidad; en esta planta se exhiben maquinaria y utensilios antiguos para elaborar turrones y caramelos; Eladio y Joaquín sí que subieron a la planta superior. Desde allí, y en coche -puesto que dichos sitios se hallan en las afueras del pueblo, en pendiente- nos trasladamos a una extensa plaza cuadrada en el centro de la localidad con parking propio en el que afortunadamente conseguimos aparcar. Allí se hallaba un mercadillo navideño y varios bares con terrazas pobladas por abundantes clientes; todo muy animado por el soleado día y la gran afluencia de público. En un lateral del cuadrángulo se encontraba el Museo del Anís Machaquito, en el que nos ofrecieron un chupito de algunos licores elaborados por esta pionera marca; allí me hice una foto en un dispositivo “ad hoc” para aparecer en la etiqueta de una botella de anís. También allí pude masticar unos granos de matalahúva, materia prima que da sabor a este dulce y potente licor. Después nos dirigimos al cercano Museo del Jamón, donde entramos gratis gracias a Sandra y su amigo que parecía el encargado del establecimiento y nos evitó la cola para degustación de embutidos, que él mismo nos llevó a una salita con mesa en la que probamos chorizo caliente, morcilla negra y otra amarillenta. Entonces me decidí a comprar un jamón, cosa que tenía prevista para Navidad en vista del interés de mi hija y su pareja; así que aproveché la ocasión para hacerlo bajo el consejo del experto, amable y diestro encargado (Juan) quien me eligió uno de bodega que entregó envuelto en una funda negra y que parece haber salido bueno, porque al día siguiente Elena y Miguel, tras ver varios vídeos sobre su corte correcto se lanzaron sobre él y lo degustamos en la cena. Pero la historia de este jamón continuaría…

 

                                                  Belén de chocolate

Tras ello nos dirigimos a Cuevas de San Marcos, donde confluiríamos con el grupo de los andariegos para comer en el Mesón Mangas (mucho mejor que el cercano de la vez anterior). Tras el condumio llegó Rafael R. para recoger a Inma que no se encontraba bien. Luego partimos hacia nuestro alojamiento; nos acompañaban Mª Jesús y Fernando quien nos guió a través de una carretera serpenteante que bajaba hasta el fondo de un barranco y luego ascendía hasta el Puerto Mateo. Llegados a Villanueva de Algaidas volví a leer en la terraza de nuestro hotel (500 viajes en tren) hasta la hora de la cena, que en esta ocasión sería en el Restaurante Lorvic, ubicado en el hostal en que se alojaba el grueso de nuestros expedicionarios; allí no pudimos terminar la cena porque estábamos ahítos y  renunciamos al último plato y creo que funcionaron los “tuppers”. Y allí surgió el cachondeíto de la desaparición del jamón, que había viajado en otro coche distinto al de mi silla de ruedas; no me preocupé lo más mínimo a pesar de las puyas recibidas que aludían a ladrones de maleteros de coches mediante alta tecnología cosa dudosa en un pueblo de 4000 habitantes, así que alguien sugirió que allí actuaban con perros que podían detectar jamones en los maleteros de los coches ¡Jajjaja!

Al final de la cena Manolo nos obsequió con un pañuelo azul con las etapas del GR-7 llevadas a cabo hasta ahora y anuncié mi invitación a un perol en mi casa del pueblo en agradecimiento por el apoyo moral y asistencia física para bajar y subir de los maleteros mi silla de ruedas eléctrica de 25 kg. (¡Que no es moco de pavo!)

Pañuelo GR-7 2025
 

La mañana siguiente, domingo 30 de noviembre, durante el desayuno, que esta vez fue puntual, como estaba previsto se presentó lluviosa, así que los andariegos hubieron de renunciar a su ruta senderista y nos encaminamos todos hacia Rute. Antes de salir se produjeron las primeras despedidas de quienes querían regresar a Córdoba antes del mediodía por sus obligaciones del día siguiente. Los demás nos dirigimos a Rute y allí aparcamos muy cerca del Museo del Azúcar cuya visita hube de descartar por la lluvia y sus escalones de acceso, imposibles para mí en tales circunstancias, de modo que me apalanqué en la terraza del bar “La Espuela” dónde esperé hasta su salida del museo y luego su partida hacia la visita al pueblo. Estuve allí relajadamente mientras leía en mi "ebook"  La Rebelión de Atlas, cosa que alabó el joven y amable camarero y allí esperé al grupo hasta la hora de la comida que teníamos concertada en un restaurante casi enfrente llamado El Patio, multipremiado en concursos de tapas y repleto de comensales. Los platos eran muy vistosos y apetecibles, con un servicio rápido y amable a pesar de la bulla. Me gustó especialmente el “abanico” a la brasa.

Al terminar la comida despedida final cuando el cielo se iba abriendo al sol, acentuándose conforme nos íbamos acercando a Córdoba, a la que llegamos antes de las seis de la tarde. 

 

ALGUNAS FOTOS Y UN VÍDEO: AQUÍ  

 

16.10.25

REVISTA “LEER” - julio 1987 (más viajes)

 


Intentado organizar mi biblioteca me he encontrado con este ejemplar de revista que contiene un monográfico sobre viajes de extranjeros en España, lo cual  me ha venido de perlas en este momento en que estoy inmerso en la literatura de viajes (¡vivan las sorpresas gratas!).

Se trata de 34 libros de viajes, cuyos autores mencionaré a continuación seguidos del breve comentario o subtítulos tomados del índice de la revista, aunque saltándome los ya mencionados en la anterior entrada en mi blog  (De Amicis, Hemingway y Orwell):

 

MEDARDO FRAILE: “El último viaje”, reflexiones del autor español.

P. MERIMEE: creador del tópico universal de “Carmen” y gran conocedor de nuestro país. Francés.

ANTERO DE QUENTAL: ilusionado por la Federación de Portugal y España. Portugués.

PIERRE LOÜYS: Su Andalucía era roja y verde, con un viento cálido que le acercaba al fantasma de Carmen. Belga.

RILKE: el frío castellano le acercó a Andalucía que siempre presintió que su amada Toledo se acercaba a su ánimo.  Austríaco.

TROTSKI: de su peripecia española surgió una narración terrible del revolucionario ruso.

VALERY LARBAUD: su enamoramiento por nuestro país le sugirió su teoría de la energía propia de la raza española. Francés.

JOHN DOS PASSOS: El rasgueo de la guitarra, el cañeteo de los dedos, la faja roja de un gitano… todo le fascinaba. Estadounidense.

 

ROBERT GRAVES: Amó España, pero su exquisita neutralidad hizo que apenas escribiese sobre ella, excepto Mallorca. Británico.

GEORGES BATAILLE : Los toros, remedio eficaz para calmar su obsesión por la muerte. Francés.

W.H. AUDEN y S. SPENCER: dos poetas británicos comprometidos con la república.

ANDRÉ MALRAUX:  Supo despertar la conciencia de Europa al máximo exponente de la literatura bélica. Francés.

PETER WEISS: el sutil análisis bélico de un brigadista internacional. Alemán.

GEORGE BERNANOS: cinco años en Mallorca entre misas y guerra civil. Francés.


 

MIGUEL TORGA: le dolía España y no perdonaba al tirano ni transigía con la violencia. Portugués.

WALTER STARKIE: Estampas de España ganándose la vida como trovador vagabundo con su violín. Irlandés.


 

EUGENIO MONTALE: Le chocaban las componendas sociopolíticas a que se veía obligado el intelectual español. Italiano.

GERALD BRENAN: No se conformó con ver España desde la distancia, sino que quiso vivir la realidad cotidiana. Británico.

RICHARD WRIGHT: se asombraba del paganismo religioso, el arraigo del fascismo y la indiferencia social de los españoles. Estadounidense.

GRAHAM GREENE: de la mano de un cura y un político, Quijote y Sancho Panza modernos, nos enseña viajando por España lo más relevante de nuestro país. Británico.


N.B.: las ilustraciones están tomadas de la revista en la que no constan autores o derechos de autor de las mismas. 

 

 

6.10.25

LOS AMANTES EXTRANJEROS


Enganchado como últimamente estoy a la literatura de viajes, me topé con este libro que tantas satisfacciones, gratas sorpresas y conocimientos me ha deparado. Su autora, Ana R. Cañil es una periodista con un bien nutrido currículum en la prensa española (reportajes, etc.)

 

En esta obra recoge y recorre las opiniones de viajeros extranjeros por nuestro país - fundamentalmente de los siglos XIX y XX. Los decimonónicos son mayormente conocidos (Irving, G. Borrow, Richard Ford) principalmente románticos, aunque introduce otros forasteros menos conocidos pero que también recorrieron España y plasmaron sus impresiones. La novedad es que incorpora autores del siglo XX e incluso alguno del XXI. 

                                                      

     

El ladrón de azulejos de G. Doré 

Sin embargo, entre los del  siglo XIX predominan los que la autora califica de “curiosos impertinentes" o “caramalhuele”, porque critican nuestro país, sus costumbres y sus gentes de cualquier clase social, en una especie de resentimiento por no acabar de encontrar lo que venían buscando: bandoleros y cierto exotismo que esperaban más africano. No obstante, hay otros que simpatizan con nuestras gentes, monumentos y costumbres, destacando la rica diversidad antropológica, paisajística y monumental del la nación; en este sentido me ha sorprendido la falta de mención al italiano Edmundo De Amicis, que recorrió España durante un periodo convulso de nuestra historia como fue Sexenio Revolucionario y, más en concreto, el  breve reinado de Amadeo I de Saboya, y que -salvo las corridas de toros y más las peleas de gallos- ensalza siempre con simpatía. En cuanto los del siglo XX no podían faltar Hemingway ni Orwell, pero también nos encontramos con S. Zweig y luego el holandés   Cees Nooteboon el inglés Chris Stewart, músico y batería del grupo de rock progesivo “Génesis” que acabó instalándose en Las Alpujarras y escribió sobre nuestro país un libro titulado Entre limones que resultó un best seller. También entre los más recientes viajeros, que no turistas, se  encuentra Jan Morris,  transexual quién el verano de 1963 viajó por aquí y escribió su Presencia de España por lo que fue alabado por Gerald Brenan “mejor libro de viajes por España”.

 

Más reciente (siglo XXI) es el caso del francés Jean-Christofe Rufín, médico, escritor, humanista, “espíritu universal”, miembro de la Academia Francesa y otros méritos, que en el año 2000, con más de sesenta años, “se calzó las botas” y emprendió el Camino de  Santiago en solitario.

Monumento a Julio Verne en Vigo

El recorrido que hace la autora de los viajes de estos extranjeros no es lineal, ni cronológica ni geográficamente y así, tras su jugoso prólogo, nos lleva a Granada (Alhambra, Generalife) y desde este cúmulo de sensualidad, nos conduce al frío y sobrio Escorial (monasterio, palacio y panteón real). El capítulo 3 está dedicado a las iglesias prerrománicas de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo. Le siguen Julio Verne por la bahía de Vigo, Segovia y Sevilla, para después volver al norte: La Maragatería y sus peculiaridades. Luego vuelve al sur, concretamente a la Sierra de Guadarrama, para continuar retornando al norte por el Camino de Santiago (el camino primitivo, su génesis y las maravillas de la catedral, como el Pórtico de la Gloria y su iconografía). Pero vuelve al sur: Madrid, ocupándose del Paseo del Prado, para después despacharse en la Barcelona de la Guerra Civil y los sucesos de mayo de 1937.

 

Finalmente una bibliografía titulada “Los escritores que me han inspirado”, selección de la autora que -me consta- no es exhaustiva.

 

Entre las anécdotas que incorpora queremos destacar la del ladrón de azulejos de la Alhambra, el mejor cochinillo para comer en un bar-restaurante de Segovia llamado paradójicamente “California”, lo soso que resulta en la visita a nuestra tierra Andersen, el danés escritor de cuentos infantiles, la santa barbuda patrona de las malcasadas y ahora del colectivo LGTBI, el maragato que le compró una biblia a don Jorgito Borrow para vendarla más cara en uno de sus trasiegos comerciales, el interesante y frecuentado bar del Camino de Santiago con fotos y música de Bob Marley,  Pink Floyd y otros músicos de la época.

 


Se echa de menos un índice onomástico y de lugares, cosa que facilitaría mucho la comprensión y orientación del lector y que sería de agradecer en una nueva edición de este libro escrito con estilo ágil y ameno, que sin duda merece la pena leer porque es el reflejo de lo que somos, de lo que fuimos a ojos de los extranjeros que nos visitaron, así como un espejo donde mirarnos y reflexionar sobre nuestra historia.






12.9.25

ANTI-BOOMERS

 

Lo confieso, soy un boomer español, de los que nacieron en España entre los años `50 y `60 tras la Guerra civil y la inmediata Guerra mundial. Comencé a trabajar a los 13 años y a cotizar en la Seguridad Social a los 15, pues por entonces la edad para trabajar estaba establecida a los 14 años. Entre tanto tuve varios oficios: aprendiz de fotógrafo (sin cobrar), luego “sacador de fuego” en una platería -cobrando pero no cotizando- y tras ello en una gestoría en idénticas condiciones, con la salvedad de que el jefe nos invitaba a una cerveza y un bocata de calamares los sábados a mediodía al terminar la jornada laboral. Tuve la suerte de que en aquella gestoría un día llegó un joven graduado social (Andrés López) amigo de la casa, quien buscaba un “botones” para su recién creado bufete; imprescindible que dominase la mecanografía. Me recomendaron en la gestoría y allí mismo me hizo una prueba con la máquina de escribir. Hay que señalar que previamente mis padres me habían pagado un curso de mecanografía en una academia privada cordobesa. En fin, le gustó la prueba y me contrató en el acto. Así que al lunes siguiente, con 14 años, comencé a trabajar en esa asesoría laboral en la que permanecería durante diez años. Como esto ocurrió en verano hube de interrumpir mis estudios de bachillerato que no podría retomar hasta los 15 años cuando tuve acceso al Bachillerato nocturno.

Estos estudios nocturnos (desde las 20 a 23 horas, sábados incluidos) los coroné años después terminando 6º y Reválida y luego el COU y la subsiguiente Selectividad, lo que me permitió acceder a la Universidad en 1979 en el turno de tarde, pues seguía trabajando en la oficina en régimen de jornada intensiva, cosa que conseguimos por la lucha de mis compañeros de trabajo y yo. Entre medias sufrí el servicio militar (obligatorio): un mínimo de 15 meses en la flor de la vida, cobrando 250 pesetas al mes para tener lustrosas las botas y los correajes militares, puesto que de la ropa y alimentación se ocupaba el Ejército, o sea, el Estado.

En fin, en 1984 terminé de cursar mis estudios universitarios (Geografía e Historia) lo que me abrió la puerta a nuevas posibilidades laborales que, con el tiempo, se convertirían en mi profesión como docente de Bachillerato.  En 1981, luego de dos años de terminar el Sevicio militar y reincorporarme a la empresa, fui despedido e indemnizado por un ajuste de personal. Con la indemnización, y junto a otros amigos en mi misma situación, decidimos crear una librería en régimen de cooperativa -cosa que hicimos- aunque aquello no fue bien. Hay que recordar que en 1982 hubo una minicrisis económica en España. Y también que las librerías en Córdoba no eran ni, lamentablemente, siguen siendo un buen negocio. En resumen, nos convertimos en lo que hoy llaman “emprendedores”, finalmente fracasados pero arriesgando y dejándonos la piel en el intento de sacar adelante el negocio y nuestro sustento. En 1985 parece que empezó a reactivarse el mercado de trabajo y logré un puesto temporal como administrativo en un organismo oficial de la Junta de Andalucía, primero en Cabra y luego en Rute; hasta que en el año siguiente conseguí un contrato de un año como historiador-arqueólogo en Medina Azahara, dentro de un programa andaluz llamado PAEMBA cuyo objetivo era dar trabajo a jóvenes titulados o licenciados. Mi contrato duraba un año, pero el director de ese yacimiento, contento del trabajo de algunos jóvenes que allí estábamos, nos prorrogó el contrato un año más, aunque las condiciones habían cambiado: ya no éramos personal laboral de la Junta, sino que nos tuvimos que dar de alta en Hacienda con una licencia fiscal como autónomos, con lo cual ya no percibíamos una nómina, sino unos honorarios como autónomos por “obras y servicios” , a pesar de que teníamos que acudir al “centro de trabajo”  en el mismo horario que la vez anterior.  Además los “autónomos” no teníamos derecho al cobro del desempleo.

Por suerte para mí, cercano a finalizar este 2º contrato que no se sabía si nos renovarían, aprobé las oposiciones de profesor de Bachillerato y mi vida se estabilizó, aunque hube de cambiar de domicilio al albur de los destinos laborales, siempre cargando con los gastos de transporte y, en su caso, de alojamiento. De modo que estuve dos años en La Carlota, otros dos en Constantina, y diecisiete en Montoro, hasta obtener destino en mi Córdoba natal, y mi domicilio familiar, en 2009. Y allí permanecí hasta mi jubilación. Atrás quedaron cientos de horas de cursos, cursillos, cursetes, congresos y simposios muchos de ellos de pago, además del tiempo empleado a costa de horas libres en el plano personal y familiar.

En resumen, 43 años cotizados, 30 de los cuales lo fueron en la docencia.

Y ahora vienen con el cuento de que nosotros, los boomers, estamos arruinando el futuro de los jóvenes por nuestras pensiones. Además de una mentira me parece una ofensa a quienes -como yo- hemos sido una generación “sandwich”, pues de jóvenes entregábamos el salario a nuestros padres y después a mantener a nuestros hijos desamparados.

Nosotros aportábamos a la caja de las futuras pensiones (nuestras). Otra cosa es que los distintos gobiernos “democráticos” hayan esquilmado esa hucha para otros menesteres, como rescates a los bancos, putiferios y otras corruptelas o MENAs, quienes supuestamente venían a pagar nuestras pensiones, por otra parte sobradamente pagadas con nuestras cotizaciones al sistema de la Seguridad Social. Otrosí pregunto ¿Quién ha pagado la sanidad, los estudios gratuitos de los millenials, libros de texto incluidos o becas incluso para los que suspenden asignaturas?

Recuerdo que la primera vez que viajé al extranjero (Francia) fue a costa de mi propio pecunio y en tienda de campaña. Mientras que en los dos últimos decenios los jóvenes han gozado de programas como el “Erasmus” (jocosamente llamado “Orgasmus”) que les han permitido estar un año o curso escolar a gastos pagados en algún país extranjero; por poner solo un ejemplo. Han sido los partidos políticos los que han conducido a esta penosa coyuntura por su mala, pésima gestión, quienes nos han conducido a la actual situación y han vuelto a recurrir al “divide y vencerás” tratando de enfrentar generaciones y así sustraerse a su responsabilidad, lanzando como cortina de humo este impostado, falso, choque generacional.

Es de deplorar la actitud de algunos economistas que insisten en esa idea de que los pensionistas somos el problema, cuando tanto hemos contribuido al levantamiento y progreso de este país durante más de cuarenta años. Y es que el verdadero problema estriba en nuestro sistema político podrido; con 18 parlamentos en los que sus miembros se aseguran pensiones altísimas con solo permanecer 8 años en el cargo, un cargo nada democrático por cuanto las listas electorales son cerradas, es decir, es el partido político quién designa a los privilegiados que compondrán esas listas. Democracia cero.

27.8.25

LIBROS DE VIAJES (Comparativa)

 


Son dos los libros de viajes por España que he leído últimamente: el de Münzer (siglo XV) que reseñé en mi anterior entrada en el blog que mantengo. Y ahora he terminado de leer el del italiano Edmundo de Amicis, titulado España. Viaje durante el reinado de Don Amadeo I de Saboya, (siglo XIX). Me lo prestó un amigo pero acabé comprando una edición digital (pésima, por cierto) por aquello de que me gusta mucho subrayar y anotar y no quería mancillar el ejemplar en papel, y además por que en la edición digital puedo recuperar mis subrayados y anotaciones con un clic e incluso imprimirlos.

El viaje de Münzer incluyó Portugal, el del italiano casi cuatro siglos después (1872) y solo las ciudades que le interesaban, entre las que por su extensión sobresale el capítulo dedicado a Madrid.

Del primero sabemos la fecha exacta de su llegada a nuestro país, del segundo solo que llegó un día lluvioso de febrero (esto me recuerda al comienzo del libro de R. Musil  El hombre sin atributos). Con la partida ocurre lo mismo, De Amicis, por un hecho que relata (la sustitución de Sagasta por Zorrilla) se ha de suponer que marchó en junio.

Ambos entraron por el mismo sitio, el Rosellón, pero salieron por sitios distintos: Roncesvalles el alemán, Valencia (en barco) el italiano. Ambos estuvieron en la Península más o menos el mismo tiempo, cinco meses, si bien uno iba a caballo y el otro utilizaba el ferrocarril, lo que le permitió estar más tiempo en las ciudades visitadas. Una vez aquí el itinerario seguido fue similar hasta Andalucía (Sevilla) en donde Münzer tomó rumbo a Lisboa, pasando por Oporto y retornando a nuestro país por Tuy, para después llegar a Santiago de Compostela. De Amicis se dirigió al centro de España.

Ambos visitaron las siguientes ciudades:

-Barcelona

-Valencia

-Granada

-Málaga

-Sevilla

-Toledo

-Madrid

-Zaragoza

 

Münzer además, estuvo en los siguientes lugares y ciudades:

-Monasterio de Montserrat

-Almería

-Lisboa

-Santiago de Compostela

-Zamora

-Salamanca

-Monasterio de Guadalupe

-Guadalajara

-Pamplona

 

Por contra, De Amicis estuvo en varios sitios no visitados por el alemán:

-Burgos

-Valladolid

-Aranjuez

-Córdoba

-Cádiz

Dos viajeros, dos épocas muy distintas con motivaciones igualmente diversas: Münzer por gusto y que era un rico negociante, es una época de estabilidad con los Reyes Católicos a los que admiraba. De Amicis por trabajo como corresponsal del periódico La Nazione  con el objetivo de publicar sus crónicas sobre España precisamente cuando reinaba un italiano en una época convulsa (el Sexenio Revolucionario).

Jerónimo, más escueto pero también más “científico” aunque más religioso. Edmundo, un romántico, más antropológico, aunque ambos hablan con admiración de España.

Dos escritores, dos puntos de vista, dos estilos desiguales, pero ambos fructíferos para conocer mejor la historia de España.