27.10.17

Córdoba: Mayo en Octubre


Patio VIMCORSA

Por suerte, o por desgracia (altas temperaturas y sequía) este octubre nos esté pareciendo el mayo cordobés. Calles y terrazas llenas de gente, nativa y foránea, gracias al pasado Festival de las Callejas y la actual FLORA Festival Internacional de las Flores, entre otros eventos algo más elitistas (Cosmopoética, Eutopía…)

Ojalá se mantuviese este interés y otras actividades durante los meses siguientes, cuando llegue el páramo cultural y turístico del otoño e invierno cordobés.

Otro enlace a FLORA.


 Calleja de Cabezas


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12.10.17

Visita de Cosme III de Médici a Córdoba


Cosme III de Médici, Gran Duque de Toscana

En el año 1668, y dentro de su periplo por la Europa occidental que incluía una peregrinación a Santiago de Compostela, el Gran Duque de Toscana visitó Córdoba, en la que permaneció del 8 al 14 de diciembre.

Acompañado de su séquito, que incluía un cronista del viaje y un dibujante, se alojó en el Convento de San Francisco. Fue recibido con gran agasajo por el pueblo así como por las autoridades y nobleza local, que además cumplieron la orden de la reina de tratarlo como merecía su alcurnia. En su honor se celebró una corrida de toros en la plaza de La Corredera, que, curiosamente, ocupa gran parte de la crónica de su viaje que recoge Antonio Guzmán Reina en su artículo publicado en 1950, en el Boletín de la Real Academia de Córdoba (páginas 103 a 131).

Tapiz con el escudo heráldico de los Médicis (colección privada)

Por dicha crónica sabemos que visitó El Carpio y pasó por Alcolea. Y que dedicó una jornada a visitar el Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso. Sin embargo, resulta llamativo el poco aprecio por la Mezquita-Catedral que también visitó y donde parece que le llamó más la atención a la cruz supuestamente labrada por un cristiano cautivo durante la época islámica y la Custodia del tesoro catedralicio.

Al parecer se interesó mucho por los caballos andaluces, de los que quería adquirir algunos dado su renombre.

Visitó también el Convento de San Agustín, donde fue recibido por su prior. Así como el desaparecido Convento de Santa Inés, donde le emocionaron el bello canto de sus monjas, así como la belleza de ellas. Y siguiendo con las mujeres cordobesas solo sabemos que eran muy retraídas y solo hablaban con sus familiares (¿herencia morisca?).

Poca cosa de trajes y costumbres. Y en cuanto a la economía casi únicamente se citan los cultivos que circundaban Córdoba: olivares y cítricos.

En el Centro de Recepción de Visitantes de Córdoba se exhibe una especie de inscripción con un fragmento de la crónica del Gran Duque, cuya traducción viene a ser esta: "Córdoba (...) se extiende a lo largo de la orilla derecha del Guadalquivir, siguiendo el curso de sus aguas, por lo que los muros terminan en esta parte con el río, saliéndose por la puerta llamada "del puente" sobre el puente mismo que, fabricado todo de piedra, atraviesa el río, más allá del cual continúa un gran arrabal". 

Fragmento de la Crónica en el Centro de Recepción de Visitantes


Una cosa me ha llamado la atención de éste, al parecer, piadosísimo noble que escuchaba misa a diario. Y es que durante su escasa semana de estancia en Córdoba, hubo dos días que no salió del alojamiento. Y eso merece mi simpatía personal, porque es lo que marca la diferencia entre turista y viajero: digerir, rumiar -si queremos- el sitio dónde estamos.

Los cronistas cordobeses de la época no han dejado apenas constancia de este viaje. Un viaje que ha pasado a ser un proyecto Erasmus+  aprobado por la Unión Europea y que será coordinado por mi antiguo instituto: el IES Medina Azahara, con el enunciado de A Journey Through Time (Un viaje por el tiempo).


Vista de Córdoba en el siglo XVII





6.10.17

Filmoteca de Andalucía: Proyecto Mi Vida



Hace más o menos un año y a través de un familiar, tuve noticia de que la Filmoteca de Andalucía, que tiene su sede en Córdoba, había puesto en marcha un programa llamado “Proyecto Mi Vida” cuyo objetivo es la conservación del cine familiar, de “películas hechas por aficionados al cine, por particulares”, con el objetivo de reconstruir la memoria de los andaluces.

Como durante un corto periodo de tiempo fui aficionado a filmar (resultaba muy caro) tanto viajes como aspectos familiares o experimentar, pensé que era una buena oportunidad para difundir esas imágenes grabadas con un tomavistas de Super-8 entre los años 1980 y 1982, al tiempo que el programa ofrecía su digitalización y entrega de copia digitalizada a los participantes, de forma totalmente gratuitamente, me decidí a hacerlo. Si bien por medio de mi  vital compañera Aurora, asidua de la filmoteca.

El resultado lo he recogido esta semana: un DVD en el que están digitalizadas mis cintas de Super-8. Con la deferencia añadida de que me las pueden copian en un pendrive para facilitar su visionado o copia a través de ordenadores, etc. Todo gratis, insisto.

Me ha emocionado ver este DVD con imágenes de nuestra vida hace más de 35 años.

De modo que no tengo más remedio que recomendar esta estupenda vía para quienes tengan filmaciones de años pasados que quieran digitalizar y disponer de una copia apta para ver en reproductores de DVD o de ordenador.  Porque además los originales que cada cual aporte le pueden ser devueltos tras el proceso. En cualquier momento.

Yo he optado por dejar los originales en Super-8 en la Filmoteca, donde creo que estarán mejor conservados. ¡Y además porque ya no tengo proyector de Super-8!.

La Filmoteca tiene un canal en Youtube donde se pueden visionar estos vídeos, aunque el mío concretamente todavía no está subido, por lo reciente.

En fin, muy recomendable.


1.10.17

La cara oculta de Luna



Si difícil resulta reseñar el libro de un amigo, lo es todavía más cuando el género que trata es el del “thriller” o “novela negra”, porque fácilmente puedes sucumbir a la tentación de “destriparla” (spoiler, creo que se dice ahora), haciéndole mal favor a su autor.

La obra, editada en 2017 por viveLibro, se desarrolla a lo largo de 308 páginas divididas en 47 capítulos y está muy bien escrita, por su ritmo y soltura en el uso del lenguaje.

Solo desvelaré -cosa que hace en su contraportada- que la protagonista es una mujer en busca de su adorada hija. Y las dificultades con las que va topando en su vital empeño; una verdadera “madre coraje”. Y, ya de mi cosecha (y espero no irme de la lengua), transcurre en una ciudad portuaria andaluza; y es totalmente verosímil en estos tiempos que vivimos. La atención y el suspense van en aumento a medida que avanza la narración, de modo que te engancha irremediablemente.

Su autor es José Gutiérrez Porras, antiguo alumno natural de la cordobesa localidad de Villa del Río quien, a pesar de su formación universitaria en Ciencias Químicas, demuestra que Ciencias y Letras no están reñidas, dada su maestría y perfección lingüística que muestra en esta obra que no es su primera inmersión en la novela.

Aprovechando las nuevas tecnologías -cosa que alabo-, ha creado una página en Facebook para interactuar con sus lectores; para que viertan sus pareceres y opiniones.

El libro se puede adquirir por distintas vías: en Internet, por ejemplo, a través de esebook o de Amazon (en formato papel y digital). Pero también solicitándola directamente al autor o a cualquier librería.

En fin, una obra muy, muy, recomendable para los amantes del género.