1.10.06

Octubre: peroles, puentes, proyectos

Tras la calma chicha de ferragosto viene el ambiguo septiembre con sus espasmódicos despertares. Y luego llega octubre, cuando la hojas de los castaños empiezan a amarillear, a llenar de oro y verde la luz sobre las alfombras de sus hojas. Espectáculo para mí insuperable.

Pero octubre es un mes adrenalínico; en el que la vida dormida de agosto, la que se despereza en septiembre, quiere volver con toda su fuerza. Un mes de puentes (el Pilar, San Rafael) que nos pueden servir para no acabar de olvidar el verano. También de peroles para reencontrarnos con la naturaleza y los amigos. Y de proyectos: muchos proyectos que empezamos con entusiasmo renovado, algunos de cuales no llegan ni a fin de mes, porque las energías que al principio sentimos luego nos abandonan.

Le seguirá noviembre; un mes que era de calma y de recogimiento, que comienza con la fiesta de los Santos y los Difuntos (las gachas, Don Juan Tenorio); pero al que la voracidad consumista de la Navidad está horadando sus días, su espíritu.