12.10.17

Visita de Cosme III de Médici a Córdoba


Cosme III de Médici, Gran Duque de Toscana

En el año 1668, y dentro de su periplo por la Europa occidental que incluía una peregrinación a Santiago de Compostela, el Gran Duque de Toscana visitó Córdoba, en la que permaneció del 8 al 14 de diciembre.

Acompañado de su séquito, que incluía un cronista del viaje y un dibujante, se alojó en el Convento de San Francisco. Fue recibido con gran agasajo por el pueblo así como por las autoridades y nobleza local, que además cumplieron la orden de la reina de tratarlo como merecía su alcurnia. En su honor se celebró una corrida de toros en la plaza de La Corredera, que, curiosamente, ocupa gran parte de la crónica de su viaje que recoge Antonio Guzmán Reina en su artículo publicado en 1950, en el Boletín de la Real Academia de Córdoba (páginas 103 a 131).

Tapiz con el escudo heráldico de los Médicis (colección privada)

Por dicha crónica sabemos que visitó El Carpio y pasó por Alcolea. Y que dedicó una jornada a visitar el Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso. Sin embargo, resulta llamativo el poco aprecio por la Mezquita-Catedral que también visitó y donde parece que le llamó más la atención a la cruz supuestamente labrada por un cristiano cautivo durante la época islámica y la Custodia del tesoro catedralicio.

Al parecer se interesó mucho por los caballos andaluces, de los que quería adquirir algunos dado su renombre.

Visitó también el Convento de San Agustín, donde fue recibido por su prior. Así como el desaparecido Convento de Santa Inés, donde le emocionaron el bello canto de sus monjas, así como la belleza de ellas. Y siguiendo con las mujeres cordobesas solo sabemos que eran muy retraídas y solo hablaban con sus familiares (¿herencia morisca?).

Poca cosa de trajes y costumbres. Y en cuanto a la economía casi únicamente se citan los cultivos que circundaban Córdoba: olivares y cítricos.

En el Centro de Recepción de Visitantes de Córdoba se exhibe una especie de inscripción con un fragmento de la crónica del Gran Duque, cuya traducción viene a ser esta: "Córdoba (...) se extiende a lo largo de la orilla derecha del Guadalquivir, siguiendo el curso de sus aguas, por lo que los muros terminan en esta parte con el río, saliéndose por la puerta llamada "del puente" sobre el puente mismo que, fabricado todo de piedra, atraviesa el río, más allá del cual continúa un gran arrabal". 

Fragmento de la Crónica en el Centro de Recepción de Visitantes


Una cosa me ha llamado la atención de éste, al parecer, piadosísimo noble que escuchaba misa a diario. Y es que durante su escasa semana de estancia en Córdoba, hubo dos días que no salió del alojamiento. Y eso merece mi simpatía personal, porque es lo que marca la diferencia entre turista y viajero: digerir, rumiar -si queremos- el sitio dónde estamos.

Los cronistas cordobeses de la época no han dejado apenas constancia de este viaje. Un viaje que ha pasado a ser un proyecto Erasmus+  aprobado por la Unión Europea y que será coordinado por mi antiguo instituto: el IES Medina Azahara, con el enunciado de A Journey Through Time (Un viaje por el tiempo).


Vista de Córdoba en el siglo XVII





1 comentario:

José Gutiérrez dijo...

Curiosidades de nuestra Córdoba. ;)