30.6.07

Cinema Rinconcito

Inesperadamente la noticia saltó esta misma semana: cerraba el cine Isabel la Católica. Lo vi el primer día de cierre cuando casualmente pasé por allí con mi hija. En ese momento creí que se trataba de un cierre provisional por reformas, arreglos o mantenimiento: algo frecuente en este (y otros) cines en los últimos años de reestructuraciones. Pero al día siguiente la prensa parecía confirmar el mazazo: cierre definitivo, lágrimas de los vecinos...

Pero no fue sino una entrada en el blog Las Noyas de Taran lo que mi hizo salir de mi aturdimiento por una noticia que hasta ese momento me parecía increíble.

Luego el tiempo fue haciendo el resto: el cierre de este cine es un eslabón más de la cadena de desapariciones a las que parece que -irremediable, fatalmente- estamos abocados. Al fin y al cabo ya habíamos asistido al cierre de los multicines La Sierra y también a los del Zoco. Al fin y al cabo ya deberíamos haber escarmentado porque casi todos hemos visto Cinema Paradiso (aunque estos sean otros tiempos, por otra parte muy similares en el fondo).

Comprendo las razones económicas que pueda haber para su cierre. Los estragos que pueda estar causando Internet o el fomento del "cine en casa"; pero no estoy dispuesto a tener que coger el coche, y trasladarme a los límites de la ciudad, para poder ver una película en un multicine la mar de funcional pero adocenado y exento en el peor sentido de la palabra; esa especie de "factorías del ocio" donde uno solo va a ver una película; esos lugares tan a la americana, tan muertos, con sus exteriores calcados, y desconectados de la vida de su alrededor. Eso también lo echaré de menos con el Isabel la Católica: la vida que bullía a su alrededor.

Hemos vivido el cierre de muchos cines: los de verano como el Rinconcito (donde se levantó precisamente el Isabel la Católica), el Florida, el Ramos, el Andalucía, el Imperial, el Ordóñez, el San Cayetano, el Santa Rosa, el Maxi...y también de "invierno" (Carlos III, Magdalena, Góngora, Cabrera.....) Todos ellos eran espacios de relación, imbricados en nuestra vida, en nuestro acontecer cotidiano; una parte de nosotros. Lo peor es que podemos estar asistiendo a la desaparición un modo de vida, donde la relación con las gentes de un lugar, el compartir extensamente no solo tiempos ni espacios, sino vivencias, constituye la savia de la existencia.

Como pequeño homenaje al Cine Isabel la Católica (a quienes allí trabajaron, a quienes lo mantuvieron, a quienes lo disfrutaron), y a todo lo que su desaparición significa, dedico la foto del estreno de la película Furtivos. Ha pasado mucho tiempo y no estoy muy seguro, pero creo que es de 1976, cuando estábamos saliendo de la Dictadura; en unos tiempos esperanzadores que los medios de comunicación denominaban como "la Apertura".

7 comentarios:

Javi dijo...

Muy buena entrada.

Anónimo dijo...

Bonito homenaje, y nada que añadir al artículo.

Rafael Jiménez dijo...

Gracias por vuestras palabras. Saludos.

Anónimo dijo...

Hola Rafael. No comprendo tanta añoranza, tanta mirada hacia un pasado que vamos idealizando continuamente. Hay que cerrar el cine, pues se cierra y no pasa nada. Tenemos, siempre que queramos utilizarlos, otros medios de acceder a la cultura, a la imagen, a la información.

No todo tiempo pasado fue mejor. No podermos, repito, idealizar un pasado. ¿Estabas, estábamos, mejor antes o ahora? Todo cambia, nada permanece y olvidemos eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor.

Ahora podemos ver una película tranquilamente desde el salón de nuestra casa; sin necesidad de coger coche o autobus; sin necesidad de hacer colas en taquilla; sin .....

Rafael Jiménez dijo...

…"sin tener que estar con gente", parece que te ha faltado decir.

Mi opinión es que cualquier tiempo pasado fue … distinto; y cada cual es libre de quererlo, odiarlo, ignorarlo o despreciarlo según su gusto. Estoy de acuerdo contigo en que no debemos idealizar el pasado, pero tampoco se deben idealizar el presente o el futuro.

Me imagino que serás el que en otras ocasiones ha firmado como Carlos Bees. En cualquier caso, gracias por tus lecturas.

Anónimo dijo...

Pues estoy totalmente de acuerdo contigo Rafa, ir andando al cine es de los mayores placeres que podemos tener. Recuerdo las grandes colas para ver la película de Kubrick, El Resplandor.

Una de las salas era bastante grande, casi como las de los cines antiguos y esa escalera donde tantas veces esperé a la novia o a un amigo.

La peligrosa cola donde te jugabas la vida pues los coches tomaban carrerilla desde la calle Alfaros para subir la cuesta. En días de lluvia siempre temí que alguno derrapara y se produjera una catastrofe.

Recuerdo que cuando nadie creía en Clint Eastwood como director vi en el Isabel "Sin Perdón". Por cierto, una de las salas estaba permanentemente desenfocada la mitad de la pantalla, me lo confirmo Manel Angel.

En fin Rafa felicitarte por tu entradilla que tanta justicia hace a este mundo que se va difuminando.

Halen dijo...

papaaaaaaaaaaa xfass pagame el regalo de isidrooo k yo tgo k aorra pa comprar videojuegos y cosas k m gustan y k solo ocupan sitio como mi kerida figurita de soraaa
bss tkm nos vemos en el salon a la ora d cenar