Pirineos

Otra vez Cerler, breve refugio veraniego, remanso de paz y frescor. Viaje en el tiempo a la florida primavera. Diez años acudiendo a esta zona que ya forma parte de nuestras vidas. Un trozo de nosotros a 1000 km. Seguimos admirándonos de la grandiosidad de las montañas y amando la vida que encierran; velada o visible.

Y los gratos y estimulantes reencuentros anuales con amigos belgas, aragoneses, franceses, cordobeses...Patrick, Kristin, Annelise, Thomas, Arantxa, Laura, José Manuel, Luismi, Espe, Ángel...Con Marco esta vez la cita anual es en Bossost, localidad fronteriza aranesa que hierve de comercios y extranjeros. Con Gerardo y Mari Ángeles casi nos vemos más allí que en donde residimos el resto del año; curioso, cómo la distancia puede acercar.

Relax, veladas, paseos, baños y lectura; mucha lectura. Excursiones a Gorgutes, Conques-Eriste-Anciles y El Run, pueblo este último con nombre que se me antoja, aunque sin fundamento, de resonancias célticas o escandinavas.

Retomo la lectura de Baudolino y lo acabo. Después Freud (Psicoanálisis del arte) con sus predecibles teorías y su lenguaje un tanto empingorotado; más adelante, y accidentalmente, Momo, de Michael Ende, que me ha parecido una bonita fábula sobre el tiempo y las cosas que deben ser importantes en nuestra vida. Y finalmente La caverna, mi primera lectura de Saramago, que, curiosamente, también me habla de las cosas importantes de la vida (¿un toque de atención ?); lenguaje muy rico, historia bien cocida, mandanga filosófica. Me ha gustado mucho.

Por otra parte, descubro la revista Pirineos, una publicación bien editada, que me llama la atención por cuanto que engloba una zona geográfica que abarca varias comunidades autónomas y se ocupa tanto la naturaleza como la cultura.

Durante el viaje pernoctamos en el Mesón de la Dolores, en Calatayud, ciudad que me ha subyugado con su seca belleza. Y en el trayecto otra vez los sorprendentes nombres de pueblos que merecen tratarse: Ontigola, Las Inviernas, Contamina, Bandalíes, Casbas...